Que
una EPS pública de utilidades, lo que nunca había ocurrido desde su creación en
1993 y cuando las que sobreviven están quebradas, es por decir lo menos imaginación
o milagro. Capital Salud, la EPS propiedad del Distrito logró utilidades en 2018
por más de $100 mil millones. Junto con los buenos resultados financieros tuvo
lugar una mejoría en la calidad de los servicios sin deteriorar la situación de
sus socios: los hospitales distritales. ¿Cuál fue el secreto?
Bogotá
es ejemplo de cómo hacerlo. En 2016 puso en marcha un Nuevo Modelo de Salud que
ha permitido le vaya mejor a su EPS, hospitales y pacientes. Las mejorías en la
calidad y oportunidad del servicio, en el desempeño financiero de sus
instituciones, o en indicadores como mortalidad materna, infantil o embarazos
en adolescentes lo confirman. Veamos los secretos que hicieron posible este cambio.
Tener un gobernante con
liderazgo y voluntad política: que entienda que el sector salud es tan
importante como las finanzas públicas y no un comodín burocrático para
entregárselo a cualquiera. Que además seleccione al mejor equipo con formación
y experiencia en salud, que no llegue a aprender qué es un hospital o que crea que
todo se puede resolver en un quirófano.
Entender que la salud
es mucho más que hospitales: el Nuevo Modelo creó la Comisión
Intersectorial cuyo objetivo es promover y proteger la salud mediante el
trabajo conjunto entre todos los sectores del desarrollo, haciendo que ésta se
incorpore en todas las demás políticas públicas, superando la idea que salud es
solo hospitales o un simple derecho ciudadano sin obligaciones para promoverla,
protegerla y recuperarla.
Restablecer la
confianza entre los actores: el Nuevo Modelo creó la Red Integrada con el
Comité Directivo que la gobierna, compuesta por la EPS, los hospitales
distritales y la Secretaria de Salud, superando el modelo insular previo donde
predominaba el “sálvese quien pueda”. Es un espacio que ha permitido llegar a
consensos sobre lo esencial: el paciente, donde se discuten las diferencias,
pasando de la confrontación a la colaboración, dejando atrás el campo de
batalla en que se había convertido el sector.
Gestionar el riesgo en
salud es labor de todos: las ganancias de uno no pueden ser las pérdidas del otro y
menos que quien pague las consecuencias sea el paciente. El mecanismo de pago
creado por el Nuevo Modelo hace más trasparente la relación entre los actores:
se comparten las pérdidas o las utilidades y se premia el buen desempeño de los
resultados en salud, seguros de que la colaboración hace que le vaya mejor a
todos.